CAMARGO Y LA BUSQUEDA DE LA ESENCIA DE MUTIS Tiquete artístico para una expedición botánica en el siglo XXI

A través de pinturas de gran y pequeño formato, se eterniza una parte de lo que puede llegar a extinguirse causando en el espectador sensaciones que lo transportan a su niñez

La galería Arte Consultores, en compañía de la galería Francisco Quintana Arte, presenta una muestra de 29 pinturas del artista Hermann Camargo, que estará abierta al público hasta el 18 de febrero.

Esta será la primera de una serie de exposiciones, que proponen rescatar para la historia imágenes de tradicionales frutos colombianos, algunos de ellos ya en el olvido ante la presión sobre las selvas y bosques nativos.

Hermann Camargo Ofrece una nueva muestra de pinturas en su tradicional lenguaje hiperrealista. La preocupación del artista por construir un testimonio y rescatar aquella Colombia que está perdiéndose en la mutación de la naturaleza, los paisajes y las costumbres, lo llevó a recorrer en los últimos años, zonas del territorio nacional en busca de esos frutos tradicionales y exóticos.

En esta búsqueda Camargo se da cuenta de que a medida que transcurre el tiempo, estos frutos han sufrido diferentes tipos de mutaciones para así adaptarse a cada época. Son sabores, formas y aromas han sido incorporados por distintas culturas, híbridos de una transculturación de encuentros y choques, paisajes transformados por el paso del tiempo y la mano del hombre.

Para guardar testimonio todo lo que alguna vez fue y en el futuro puede ya no ser, el artista se convierte con sus cuadros en una especie de “guardián” de la historia, procurando realizar una recopilación de un “Patrimonio Mutante” y quizás perecedero, para poder conservar la imagen y quizás el imaginario sensorial de toda la riqueza natural de Colombia.

El artista logra una fiel reproducción de los frutos causando un deleite visual que estimula papilas gustativas y olfativas del visitante, logrando una remembranza de un antaño en el cual era común en casas y fincas encontrar frondosos árboles o pequeños arbustos o humildes enredaderas en sus jardines que ofrecían toda clase de frutos.

Inmortales

Mamey, zapote, papayuela, lulo, mamoncillo, tomate de árbol, mango biche, maracuyá, guayaba verde, pitaya, pomarrosa, carambolos, mangostinos, y arazá, también otros exóticos y glamorosos manjares Y algunos eternos como el cacao y totumo. Todos ellos han acompañado generaciones creando recuerdos y aventuras. un minucioso ejercicio de pintura al óleo donde se pueden apreciar el colorido, la luz y las formas de frutos autóctonos puestos sobre un paisaje de hojas que captura los infinitos tonos de verde preservando todo esto para la posteridad.

Cada una de las obras están bautizadas con los nombres científicos de las frutas recordando las exploraciones y testimonios realizadas por Mutis en la “Expedición Botánica”.

Acompañando a estas pinturas se encuentran dos óleos de gran formato donde dos gigantescas mandarinas juegan entre sí creando un díptico casi surrealista mostrándonos la dualidad entre lo masculino y lo femenino, y el carácter de la individualidad de cada fruto.

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