PARA ESTE PRIMER SEMESTRE Pantalones estrechos, colores oscuros y estilo ‘vintage’ se tomaron las pasarelas en Milán
Pantalones estrechos, colores oscuros y estilo ‘vintage’ se tomaron las pasarelas en Milán
UN espíritu rebelde dominó las colecciones masculinas presentadas el domingo pasado en Milán por los diseñadores de moda, que para el invierno proponen una tendencia rock puro y duro, el estilo tenebroso o la inspiración militar.
Tony Mayer vuelve, para Bottega Veneta, al estilo roquero con pantalones estrechos o jeans doblados a la altura del tobillo que dejan ver calcetines blancos y zapatos con suelas gruesas.
Corbatas tipo western usadas con camisas arrugadas completan esta pinta un tanto pasada de moda. La colección, de colores oscuros con toques intensos (rojo, violeta) propone igualmente conjuntos más deportivos en nylon ultra ligero.
El estilo rock-and-roll también se impone en la casa Roberto Cavalli, que hace del pantalón la pieza clave de la colección. Apretado y muy recto se usa corto sobre zapatos rangers, en todas las versiones posibles del cuero: simple y dúctil, roto y deshilachado, trabajado en finas tiras trenzadas de diferentes colores, esculpido o con motivos impresos.
De su lado, Frankie Morello abandona su acostumbrado humor para hacer resurgir el lado raro y oscuro del hombre. Los pantalones recuerdan los uniformes de los jugadores de fútbol americano, apretados y reforzados con rodilleras o acolchonados, incluso claveteados.
Con aires pendencieros los muchachos se pavonean a veces con el torso desnudo o con cargadores, el rostro cubierto con pañuelos estilo hooligans. Para exagerar la provocación no dudan en llevar sobre los pantalones unas falditas plisadas o unos pullovers largos que parecen ropas.
La diseñadora Vivienne Westwood también se mostró muy desafiante.
El primer modelo salió de un albergue de cartón vestido con un suéter en forma de capuchón, el pantalón metido dentro de altos calcetines y una lanilla cubriéndole los hombros.
Otro andaba con un colchón de espuma enrollado bajo el brazo, un cuello tortuga todo agujerado.
Las siluetas de estos hombres extravagantes de la jungla urbana es una verdadera colcha de retazos de materia y motivos disparatados, que alternan con trajes más clásicos de saco, pantalón y chaleco o un kilt modernizado.
En un estilo opuesto, Salvatore Ferragamo propuso un guardarropa suave de estanciero de la Pampa con sombrero de fieltro, botas, largas bufandas de franjas tejidas y gruesos abrigos en piel de oveja, al revés. Los colores cálidos recuerdan el otoño: malva, chocolate, óxido, morado.
El hombre de Gianfranco Ferrè se protege también contra las bajas temperaturas envuelto en largos abrigos hasta los tobillos que parecen capotas militares, con cuellos de pieles y protección acolchonada contra el viento cosida en la parte superior de la espalda.
Como un príncipe de la tundra, lleva con comodidad vestidos fluidos de grandes chaquetas apretadas en la cintura con una fina correa y pantalones anchos.
Prada reduce de su lado el vestuario masculino a lo esencial, con sólo algunos sacos a manera de accesorios y piezas clásicas para muchachos tranquilos, vestidos en tonos beige, negro, crema o azul.
La chaqueta muy simple se lleva sobre un suéter encogido, del que sobrepasa la tradicional camisa azul cielo./AFP
UN espíritu rebelde dominó las colecciones masculinas presentadas el domingo pasado en Milán por los diseñadores de moda, que para el invierno proponen una tendencia rock puro y duro, el estilo tenebroso o la inspiración militar.
Tony Mayer vuelve, para Bottega Veneta, al estilo roquero con pantalones estrechos o jeans doblados a la altura del tobillo que dejan ver calcetines blancos y zapatos con suelas gruesas.
Corbatas tipo western usadas con camisas arrugadas completan esta pinta un tanto pasada de moda. La colección, de colores oscuros con toques intensos (rojo, violeta) propone igualmente conjuntos más deportivos en nylon ultra ligero.
El estilo rock-and-roll también se impone en la casa Roberto Cavalli, que hace del pantalón la pieza clave de la colección. Apretado y muy recto se usa corto sobre zapatos rangers, en todas las versiones posibles del cuero: simple y dúctil, roto y deshilachado, trabajado en finas tiras trenzadas de diferentes colores, esculpido o con motivos impresos.
De su lado, Frankie Morello abandona su acostumbrado humor para hacer resurgir el lado raro y oscuro del hombre. Los pantalones recuerdan los uniformes de los jugadores de fútbol americano, apretados y reforzados con rodilleras o acolchonados, incluso claveteados.
Con aires pendencieros los muchachos se pavonean a veces con el torso desnudo o con cargadores, el rostro cubierto con pañuelos estilo hooligans. Para exagerar la provocación no dudan en llevar sobre los pantalones unas falditas plisadas o unos pullovers largos que parecen ropas.
La diseñadora Vivienne Westwood también se mostró muy desafiante.
El primer modelo salió de un albergue de cartón vestido con un suéter en forma de capuchón, el pantalón metido dentro de altos calcetines y una lanilla cubriéndole los hombros.
Otro andaba con un colchón de espuma enrollado bajo el brazo, un cuello tortuga todo agujerado.
Las siluetas de estos hombres extravagantes de la jungla urbana es una verdadera colcha de retazos de materia y motivos disparatados, que alternan con trajes más clásicos de saco, pantalón y chaleco o un kilt modernizado.
En un estilo opuesto, Salvatore Ferragamo propuso un guardarropa suave de estanciero de la Pampa con sombrero de fieltro, botas, largas bufandas de franjas tejidas y gruesos abrigos en piel de oveja, al revés. Los colores cálidos recuerdan el otoño: malva, chocolate, óxido, morado.
El hombre de Gianfranco Ferrè se protege también contra las bajas temperaturas envuelto en largos abrigos hasta los tobillos que parecen capotas militares, con cuellos de pieles y protección acolchonada contra el viento cosida en la parte superior de la espalda.
Como un príncipe de la tundra, lleva con comodidad vestidos fluidos de grandes chaquetas apretadas en la cintura con una fina correa y pantalones anchos.
Prada reduce de su lado el vestuario masculino a lo esencial, con sólo algunos sacos a manera de accesorios y piezas clásicas para muchachos tranquilos, vestidos en tonos beige, negro, crema o azul.
La chaqueta muy simple se lleva sobre un suéter encogido, del que sobrepasa la tradicional camisa azul cielo./AFP